
Cómo arreglar una puerta corrediza tú mismo

¿Estas poniendo al día las cosas de tu hogar?, ¿tienes averías que necesitas solucionar? Una de las mejores opciones para optimizar espacios es el uso de puertas corredizas. Sirven para darle privacidad a áreas pequeñas o para cubrir elementos que no deseamos mostrar. Sin embargo, pueden dañarse fácilmente. Por lo que, te servirá saber cómo arreglar una puerta corrediza.
A veces esta clase de puertas solo sufren pequeños atascos que pueden repararse rápidamente. Pero hay casos más graves que pueden requerir ciertos conocimientos. Pero, ¡no te preocupes! Las puertas corredizas siguen siendo una gran forma de optimizar espacios.
Ahora, sabrás solucionar cualquier problema con las puertas de tu hogar. Con este artículo aprenderás a reconocer los ejemplares de mejor calidad y cómo arreglar una puerta corrediza en pocos pasos.
Ventajas de las puertas corredizas

Una puerta corrediza plegable resalta entre otras alternativas por su gran versatilidad y utilidad. No ocupan mucho espacio y no requieren de márgenes de apertura. La verdad es que son ideales para habitaciones muy cargadas con pocas opciones de intimidad.
Las puertas correderas tienen como principal ventaja optimizar el espacio interior de una estancia. Nos permiten aprovechar las habitaciones pequeñas. Además, de poder separar dos ambientes solo en aquellas ocasiones en las que se requiera. Así podrás convertir una sala común en una habitación privada. También, puedes usarlas como puertas de un closet o para esconder la zona de lavandería.
Incluso, la versatilidad se extiende hasta la naturaleza de los materiales. Puedes escoger entre una gran variedad de modelos reflejados en los catálogos. Hay puertas corredizas de madera, cristal transparente, cristal con vinilo o plástico.
Existen muchas texturas y apariencias que podrás integrar a la decoración de tu hogar u oficina. Desde estilos neutros, hasta colores vibrantes. De hecho, si escoges diseños en tonos claros podrás darle mayor amplitud y luminosidad a tu espacio. Rápidamente, podrás conectar e integrar dos ambientes sin cortar la circulación de aire ni la entrada de luz.
Aprende a reconocer una puerta corrediza de buena calidad

Existen muchos tipos de puertas corredizas adaptadas a diferentes espacios. Desde la forma de apertura de la hoja, hasta los mecanismos de instalación. En cualquier caso, hay ciertos aspectos que puedes notar antes de adquirir una nueva puerta.
Lo primero que podrás notar es la facilidad con la que se abre y cierra. Por lo general, en las tiendas de decoración tienen muestras que puedes probar. Así, notarás la calidad de las cerraduras, el grosor del riel y de la puerta, y la fluidez de movimiento.
En caso de que prefieras puertas plegables o apilables, debes verificar si vienen con sistemas automatizados. Las opciones más modernas pueden ser reguladas con un control como si fueran persianas. Pero, siguen existiendo los modelos análogos que suelen requerir menos mantenimiento.
Al seleccionar modelos para exteriores, es muy necesario buscar materiales resistentes. Sigue las recomendaciones de los vendedores expertos. Asegúrate de que sean prototipos impermeables que resistan altas o bajas temperaturas. Lo mejor es que puedan aislar las variaciones climáticas para que no debas preocuparte durante los cambios de estación.
Uno de los materiales más utilizados es el vidrio o el cristal. Si vas a seleccionar una puerta hecha con vidrio, verifica que sea lo suficientemente resistente. Obligatoriamente, deben ser templados y de seguridad. No te recomendamos esta clase de puertas si tienes niños pequeños en casa. Sin embargo, son ideales para oficinas o ambientes corporativos.
Siempre debes fijarte en los detalles, las puertas corredizas de mejor calidad tienen detalles en acero inoxidable. En el caso de las puertas de madera, son excelentes para crear aislamiento acústico y mejor hermeticidad.
Cómo arreglar una puerta corrediza

La falla más común entre las puertas corredizas es que dejen de correr o presenten cierto tipo de resistencia. Por lo general, suele ser por causa de los rodillos. Puede que les haga falta lubricación o que estén fuera del riel. En cualquier caso, te recomendamos verificar su estado. Si no consigues la causa de la avería, debes proceder a desmontar la puerta.
Si no conoces la estructura de la puerta, te recomendamos buscar a un experto que te apoye con la desinstalación, sobre todo si la puerta es de vidrio o cristal. Porque no siempre será tan sencillo, como arreglar la guía de una puerta corrediza. Si te atreves a hacerlo tú mismo desatornilla las rampas que fijan a la puerta. Puede que solo necesites cambiar los rodillos o los rieles.
Cuando hayas cambiado las piezas dañadas, solo debes volver a ajustar todas las partes de la puerta. Una vez que hayas fijado el riel, debes encajar la puerta de nuevo en el riel. Puede que necesites mucha fuerza para lograrlo, así que no dudes en pedir ayuda.