
Cómo forrar los muebles de la cocina con vinilo
¿Te has cansado de los muebles de tu cocina? ¿Ya no te parecen tan atractivos como el día que los compraste? ¿Sabías que puedes darle otro look sin tener que cambiarlos?
Con muy poco dinero puedes darles un aire totalmente nuevo pintándolos, cambiándolos de color y dándoles otro estilo adaptado a los nuevos tiempos. Si no has oído nunca hablar acerca del vinilo, a continuación te contamos en qué consiste y cómo forrar tus muebles de cocina con este material y conseguir un resultado perfecto.
Vinilos adhesivos aptos para todos los presupuestos
Los vinilos adhesivos están compuestos por materiales que resisten de forma eficaz la humedad que normalmente invade la estancia de la cocina. De este modo, y haciendo uso de vinilos, evitaremos que, a diferencia de la pintura o los recubrimientos de melamina de los muebles, estos se despeguen pasado cierto tiempo.
Aparte de ser tremendamente económicos, su colocación es mucho más rápida y limpia que si optamos por pintar. Además, toda acumulación de grasa o polvo sobre ellos se elimina fácilmente y cuando ya nos hemos cansado de ellos, tan solo es necesario despegarlos y listos.
Existen multitud de modelos de vinilos para muebles de cocina, entre los que podemos nombrar a los de pizarra, aquellos con tonos pastel o blancos, y aquellos con tonos más subidos y que dan un aire más eléctrico a la cocina. Además, también puede añadírseles motivos – también de vinilo – como dibujos o pequeñas senefas. Todo dependerá del estilo que más nos guste.
El proceso de forrado
Para empezar, descolgaremos las puertas de todos los armarios que componen el mobiliario de nuestra cocina y retiraremos cada uno de los tiradores que forman parte de ellas.
Seguidamente, limpiaremos con agua y jabón toda la suciedad y grasa que se encuentre acumulada; lo dejaremos secar y pasaremos un trapo de algodón que esté seco para que no quede ni rastro de suciedad.
En estos momentos, ya podemos empezar a tomar medidas y a cortar los trozos de vinilo que necesitemos. Es aconsejable que siempre recortemos un trozo más grande para evitar quedarnos cortos.
Una vez tenemos todo preparado, proseguiremos con el pegado de los trozos de vinilo a las puertas y para ello usaremos una espátula que nos ayudará a evitar las inevitables burbujas que se producen normalmente durante estos procesos. Es importante que se preste bastante atención a las esquinas para poder recortar adecuadamente el sobrante con la ayuda de un cúter. Otra opción es pegar el sobrante por la parte no visible de la puerta (de este modo nos aseguramos una perfecta adhesión).
Una vez hayamos finalizado con la colocación de los vinilos en todas las puertas, es momento de volver a colocar los tiradores – sean los que hemos separado anteriormente o unos nuevos para la ocasión – y colgar de nuevo las puertas de los armarios.
¿No te parece sencillísimo? Seguro que una vez le pillas el truco, te atreves incluso con los muebles del baño. ¡Vamos!