
Las manchas cutáneas más comunes en verano y cómo evitarlas
Aunque es cierto que la vitamina D procedente de los rayos solares es una fuente muy rica para nuestra piel y nuestro estado de ánimo, debemos ser conscientes que lo que ganamos por un lado, lo podemos perder por el otro. La razón es que, a la vez, y si no tomamos las precauciones adecuadas, nuestra piel también puede estresarse.
Y es que los efectos del sol pueden ser altamente dañinos y provocar, no solo alteraciones en la piel, sino también quemaduras, manchas o carcinomas. Es por ello, que una de las principales recomendaciones es tomarse el sol con calma y tratar de seguir los consejos que te ofrecemos a continuación:
- Toma el sol de forma progresiva, lo que significa que evites estar expuesto al sol durante tres horas el primer día. ¿El motivo? El bronceado de la piel es una respuesta natural para evitar las quemaduras provocadas por los rayos del sol. Lo que no podemos, ni debemos hacer, es exponer la piel blanca a muchas horas en una sola sesión ya que probablemente la quemaremos y estaremos provocando la aparición de manchas o, aún peor, de carcinomas o melanomas. El tiempo de exposición al sol lo iremos aumentando de forma progresiva. Aunque no lo creas, la piel tiene memoria, y una quemadura de hoy puede tener consecuencias muy graves dentro de unos años.
- Procura no tomar el sol durante las horas centrales del día. ¿Eso qué significa? Evitar exponerse al sol entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde y, si no es posible, intentar protegerse de él mediante un sombrero o una gorra.
- Abusar de los protectores solares no es la solución. Aunque son altamente recomendables, no son la solución contra la aparición de manchas o melanomas y, además, contienen algunos elementos químicos que también nos pueden ser perjudiciales. ¿Que hay que usarlos? Sí, pero sin abusar de ellos.
- La acción del sol puede resecar nuestra piel, por lo que es aconsejable hidratarla adecuadamente tras cada exposición. El mejor remedio para ello es usar un jabón dérmico neutro durante la ducha y, a continuación, una crema que nos aporte humedad a nuestra piel.
- Durante el verano, evita la depilación láser ya que este tipo de tratamientos vulneran la piel y la convierten en más propensa a la aparición de manchas.
- Procura introducir en tu dieta verduras, hortalizas y frutas para reponer la cantidad de agua que pierdes mientras te expones al sol.
- Intenta consumir aceites vegetales y frutos secos ya que estos contienen antioxidantes muy beneficiosos para nuestra piel y actúan como protectores naturales.
- Y, por último, no olvides consultar con tu dermatólogo antes y después del verano para que eche un vistazo a todas tus zonas sensibles y manchas que hayan podido aparecer durante este período.
Y eso sí, por encima de todo, procura ser lo más prudente que puedas. Con el sol, no se juega.