
Placas solares en España: estado de la cuestión
España está viviendo una situación extraña y esencialmente absurda con la energía solar. En 2008 instaló el 40% de potencia solar mundial. En 2016, esa proporción se había reducido al 0,09%. ¿El motivo? La apuesta que los principales países occidentales han hecho por las renovables en general, y la solar en particular.
Paradójicamente, y después de haber liderado el sector, España salió de esa competición. ¿Dónde estamos ahora? ¿Qué futuro le espera a la energía solar en la piel de toro?
Luchas oligopólicas que afectan al consumidor
Partiendo de la base de que España es uno de los países europeos que más radiación solar media reciben al día y al año, su liderazgo en energía solar debería ser incuestionable. La apuesta que se hizo hasta 2008 trabajaba en ese sentido.
Sin embargo, el estallido de la crisis paralizó las inversiones y dejó el frente solar al albur. La llegada al gobierno en 2012 del Partido Popular, lejos de reactivar el sector, casi provocó su muerte.
En connivencia con los poderosos oligopolios energéticos españoles, se promulgó un Real Decreto de Autoconsumo en el que, esencialmente, se carga al consumidor con un “peaje” por la energía que él mismo ha producido, simplemente por el hecho de conectarse a la red.
El resultado es que para muchos consumidores resulta incluso más caro producirse su propia energía solar que conectarse a la red para suministrarse de la obtenida por otros medios, renovables o no.
El sector se paralizó. Las ventas de placas solares se estancaron, tanto en sus versiones industriales o de gran capacidad, como en las placas domésticas.
¿Dónde estamos hoy y qué futuro le espera a esta energía?
El imparable avance de la energía solar
Dentro de esta absurda situación del mercado fotovoltaico español hay una buena noticia: que el avance de la energía solar es imparable.
Así lo muestran la existencia de la Alianza Internacional Solar (formada por 121 países… entre los que no está España. Por ahora), las fortísimas inversiones de los países europeos vecinos, y el alto rendimiento que están obteniendo.
Así lo indica también el imparable crecimiento de usuarios particulares que adquieren placas solares y se producen igualmente parte de su energía (no siempre pagando tasa). El nacimiento de cooperativas de energía verde, como SomEnergia. Y, sobre todo, el hecho de que las grandes compañías energéticas españolas ya estén ofertando productos solares. Packs financiando el proyecto, el material y la instalación del mismo en las viviendas.
Siendo estas compañías el mayor tapón a este tipo de energías, sólo podemos pensar dos cosas: o que se han visto desbordadas y obligadas a “pasarse” a lo verde… o que básicamente querían ganar tiempo para entrar en el sector pisando fuerte y evitando el libre desempeño comercial y productivo de las energéticas solares.
Sea como sea, lo que interesa al consumidor es que ese “impuesto al sol” desaparezca, y la producción de placas sea tan común que los precios bajen. Y esto no va a tardar demasiado. ¡Hora de aprovechar todo ese Sol que cae a plomo en España!