
5 trucos para planchar
“Lunes antes de almorzar, una niña fue a jugar, pero no pudo jugar porque tenía que planchar. Así planchaba, así, así…”
Esta canción infantil tradicional ya nos advertía, cuando éramos bien pequeños, de los peligros de la plancha. Es una tarea ardua y aburrida que puede privarnos, en más de una ocasión, de nuestros momentos de ocio o, sencillamente, de nuestro tiempo para “hacer cualquier cosa que no sea planchar”.
Si has llegado hasta aquí es muy probable que no te guste mucho planchar (por no decir que lo detestas), pero que debas hacerlo, como la pobre niña de la canción. En realidad, pocos son los afortunados que se libran de tener que planchar. En algún momento u otro surge la necesidad y no solo hay que saber hacerlo, sino que hay que saber cómo hacerlo para que el proceso sea lo más ágil y llevadero posible.
Por eso compartimos con todos vosotros cinco trucos para planchar que os harán un poco más llevadero este trance.
Invierte en una buena plancha
Parece un consejo de Perogrullo, pero la verdad es que mucha de la gente que se queja de que planchar es un fastidio y un horror, lo dice porque tiene que lidiar con una mala plancha. Sí, es posible que tengas otras prioridades o gastos más urgentes, y también es posible que pienses “total, tampoco plancho tanto, con una plancha normalita me vale”, pero como sucede en cualquier labor que requiera un instrumento, si tu plancha es mala, planchar será todavía peor.
No solo porque pueda quemarte la ropa o incluso mancharla, sino también porque no elimine las arrugas de una sola pasada. Eso implica que el proceso se eternice y que planchar sea algo tan temido. Mientras que si se tiene una buena plancha… No vamos a decir que planchar se convierta en algo divertido, pero sí es mucho más llevadero y rápido.
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Extiende bien la ropa
Tanto cuando tiendas como cuando te dispongas a planchar, es importante que la ropa esté bien extendida. En el primer punto, porque así evitarás que la ropa se arrugue más de lo necesario. En el segundo, porque te resultará mucho más fácil planchar si no tienes que estar constantemente estirando las prendas para que la plancha pueda hacer bien su trabajo.
La postura importa
Especialmente cuando nos enfrentamos a coladas abundantes, en las que hay muchas prendas que planchar. Eso implica que tengamos una buena tabla de planchar (lo de planchar sobre la cama o sobre una mesa acaba siendo contraproducente) y que la coloquemos bien, es decir, a la altura de las caderas. Así no te cansarás tanto y no te dolerá la espalda al terminar.
De esta forma, cuando sujetes la plancha tu codo debe formar un ángulo recto. Así bastará con que muevas ligeramente el hombro y la plancha, sin cesar. Presiona ligeramente. Un exceso de presión aplasta la lanilla de la fibra y estira zonas reforzadas, como los bolsillos, mientras que si planchas muy despacio puedes chamuscar o quemar la tela. Así que el punto está en encontrar un equilibrio.
Conoce tu ropa
Planchar es como rascar: todo es empezar. Pero hay que ponerle cabeza. Empieza con las prendas más delicadas (y también las de poliéster; siempre del revés), aprovechando que la plancha todavía no ha alcanzado temperaturas elevadas. A continuación plancha aquellas prendas que resisten mejor el calor, como por ejemplo las de algodón o lino.
Asimismo, cabe recordar que los botones metálicos no se planchan. Ni tampoco los cierres ni las cremalleras. Fundamentalmente porque pueden dañar o rayar la superficie de la base de la plancha. Así que bordéalos; nada de pasar por encima.
Mejor usa el rociador
A veces, por muy buena que sea la plancha y por mucho arte que tengamos planchando, la cosa se complica. Hay arrugas que matan. Para esos casos, lo mejor es que empuñes un rociador de agua y que vaporices la prenda (vaporizar, no empapar) para “ablandar” las arrugas accidentales. Esto te ayudará a planchar con más facilidad.
Si además de eso quieres perfumar tu ropa, puedes incorporar alguna sustancia aromática dentro del agua del rociador para que deje en tus prendas un ligero perfume agradable. La lavanda suele ser una de las sustancias más recurrentes, así como los pétalos de rosa o la gardenia.
Esperamos que estos cinco trucos para planchar te sean de ayuda y que te animen a enfrentarte al proceso de planchado con más energía… o cuanto menos con más filosofía.